DIOS es Único, el Creador, Omnipotente, Omnisciente y Omnipresente. Tales características no lo hacen un activo interventor en los asuntos de la humanidad, permitiendo que cada uno siga su camino de relación íntima o no con ÉL. No permite materializar su imagen en esculturas, pinturas u otras manifestaciones artísticas humanas. Antes, se hace conocer por su creación ya través de experiencias trascendentales de sus adoradores, que pasan a entenderlo y sentirlo de forma muy peculiar, aunque tales experiencias puedan ser comunicadas por dos o más personas. De modo que la percepción de DIOS o de una FUERZA SUPERIOR nunca es excluyente, siempre es sumada.
La humanidad ha entrado en el plano de la Tierra para que pudiera reunirse y encontrarse con ÉL. Entender el propósito real, para acercarse a DIOS y, a su vez, SUS características, ya que el verdadero desarrollo esla iluminación, que nos hace capaces de alcanzar un mayor grado de intimidad con ÉL y hacer una utilización más productiva de toda nuestra composición para el beneficio y crecimiento mutuo, aunque dotados de características únicas y Espíritus en diferentes etapas.
El Espíritu es el vínculo directo con lo Divino y corresponde a nuestro medio de comunicación con ÉL. Así, podemos decir que somos la mitad "carne," la mitad "Espíritu". La mitad del "yo inferior", mitad del "yo superior". La mitad de la tierra, la mitad del cielo. La humanidad ha sido y se le ha enseñado a desarrollar sus habilidades, sus deseos carnales y egoístas, sus sentimientos de participación de las causas del sufrimiento y el dolor. Desarrollar el Espíritu, por otro lado, nos eleva a un plano superior, ya que llevamos a cabo el ejercicio de las virtudes Divinas, entre ellas: amor, gozo, paz, paciencia, caridad, empatía, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio. Además de la búsqueda sin fin para la sabiduría, la perspicacia, del entendimiento y del conocimiento. Los Espíritus, por general, son compuestos en Elegidos, Llamados e Insepultos o Servis, cada uno con sus características, papeles y etapas de Evolución que, complementarios o no, equilibran el Universo.
El alma, por así decirlo, es nuestro ADN. Este es el conjunto de todas las características físicas, mentales y de personalidad, que llevamos en esta y más allá de la vida. Está intrínsecamente ligada al modo en que utilizamos la composición de nuestro yo en la vida y la sociedad. Es la suma de características hereditarias - terrestres y espirituales. Aunque habite el Cuerpo, ella es guardada en el Espíritu cuando de la muerte del receptáculo. El alma siempre será un vaso de barro a ser moldeado por la evolución o no del Ser.
El cuerpo es templo del Espíritu de DIOS. Así, además de tenerlo como un receptáculo de la Verdad Divina, hay que tener cuidado con él. La preocupación no sólo debe ser estético, sino que debe dar prioridad a los hábitos saludables, evitando cualquier acto de auto agresión o otras actitudes que causen debilidad o deformidad. El Cuerpo, junto con el Alma y el Espíritu, forma la vida: el regalo más grande dado por DIOS. Como tal, es imperativo que lo gestionamos coherentemente para que éste contribuya con el equilibrio del todo y la evolución del Ser.
Sólo el cuerpo es mortal. Nuestro Espíritu y alma, poseen la inmortalidad. Transcenden ese plan. Sin embargo, tenemos una oportunidad única de mostrarnos suficientemente evolucionados en la etapa actual para alcanzar grados diferenciados en el plano celestial y servir al GRAN YO SOY en las más diversas actividades. Estas actividades pueden estar vinculadas a planes evolutivos en otros planetas habitados o junto a la "gestión del Universo". En ese proceso transitorio y evolutivo cargamos los puntos a ser mejorados o corregidos, así como toda nuestra experiencia y evolución obtenidas en planes anteriores para que caminamos hacia Dios.
DIOS creó todas las cosas. Hizo entonces el hombre, los animales, las plantas y los minerales cada uno a su especie y papel en los planes terrestre y Superior. Tenemos con eso el creacionismo. Sin embargo, cada especie pasó y pasa por un proceso de evolución continua, haciéndola apta y adaptable al sistema en que se encuentra. Así, también tenemos el evolucionismo o evolución natural de las especies. Creación y Evolución son complementarios, no disociativos. El entendimiento de esta Verdad amplía la visión y aumenta la necesidad de acción.
El hombre fue colocado arriba de la cadena alimentaria y animal por su verticalidad, su sabiduría y sus habilidades desarrolladas. Sin embargo, tal condición debe despertar a la conciencia de que es necesario preservar el ambiente en que se vive. Entendemos que todas las cosas se nos han puesto en sujeción y debemos ejercerla de forma sabia y equilibrada. Debemos, en un gesto de amor al prójimo y gratitud a DIOS, cuidar del planeta para la nuestra y las generaciones a venir.