Algunos esperan llegar al final del año para, al mirar hacia atrás, hacer un balance de cómo fue el período de 12 meses que pasó, lo que hizo, lo que podría haber hecho, lo que alcanzó o lo que no logró obtener. Sobre esto, pasan a proyectar el año siguiente dibujándolo con una serie de votos y promesas, muchas de ellas, ya hechas el año anterior.
¿Qué tal anticipar ese balance?
No se deje envolver por un proceso cíclico no evolutivo. Antes, haga desde ya esa retrospectiva y analice todo lo que había proyectado para este año. Aja con minucia en tu evaluación y busca identificar puntos a mejorar oa buscar, que podrán conducir para el cumplimiento de tus objetivos.
Todavía hay tiempo suficiente para que usted moldee su año de la forma en que planeó. Por lo tanto, el momento no es de desaliento o inseguridad. Por el contrario, debe ser de profunda firmeza y convicción que aún podrá alcanzar aquello que, aparentemente, quedó atrás, o parece ser inalcanzable.
Por otra parte, esto sirve para la vida: disminuya los espacios de tiempo de evaluación de tu evolución. Cambia el anual por el trimestral o incluso por el bimestral, a fin de que acorte el espacio entre el plan y el logro.
¡No pierda tiempo! ¡Remode tu hoy para que tu mañana sea mucho más provechoso!
¡Que el GRAN ARQUITECTO DEL UNIVERSO sea contigo y aún más en ti, hoy y en todos tus días!
Yedidyah